viernes, 22 de noviembre de 2013

Capítulo 23

Con una mano agarrando a Glow y con la otra ayudando a salir a Clare de la cueva, las piernas estiradas y haciendo esfuerzo para no caer y resbalar, y con la lluvia empapando todo y haciéndolo aún más resbaladizo. Clare ya está casi arriba pero el agua hace que nuestras manos resbalen y ella caiga inevitablemente al agua. Dejo cuidadosamente a Glow y me apresuro a ayudar a Clare, me levanto pero vuelvo a caer tropezándome con una roca que cae a la caverna. Una tras otra las piedras van cayendo en la caverna. Poco a poco el agua sigue subiendo y las piedras cayendo, no puedo hacer nada y además ya no veo a Clare; me temo lo peor cuando suena un cañonazo, las lágrimas luchan por fluir libremente por mis mejillas.
-Clare ¡Clare! - grito todo lo que puedo, no obtengo respuesta. No puedo bajar ya que el agua ya cubre las rocas y si lo hiciera me ahogaría yo también, además Glow sigue sobre la roca, que ahora es roja, y temo que, si tardo mucho en ayudarle sea demasiado tarde para él.
Me decido y bajo a Glow de las rocas, la tormenta empieza a amainar; claro, los Vigilantes ya han tenido espectáculo con la muerte de Clare. Antes de que acabe la tormenta suena otro cañonazo aunque por el horizonte ya se ve despuntar el alba.

Glow sangra muchísimo, y al tomarle el pulso noto que cada vez va más lento, eso es malo; le vendo la cabeza y le hecho algo de ungüento.
Ahora solo falta sacarle de aquí y llevarlo a algún lugar seco y caliente, miro al frente y me tomo unos segundos para pensar y analizar de nuevo la Arena, lo pienso una y otra vez y se me ocurre llevarle al árbol hueco que utilicé como escondite al principio de los juegos. Llegamos a él y meto a Glow dentro, le tapo con el impermeable, le meto en el saco y tapo el agujero. Yo estoy fuera intentando secar la mochila; hemos perdido la comida, toda ella esta empapada, incomestible.
Hay dos razones por las que tengo que mantenerme activo: la primera, porque sino empezaré a pensar en Clare, en su muerte, en que fue culpa mía, si no la hubiera soltado ni hubiera tropezado con esas rocas ella aún viviría y aunque hay una parte que sabe que estamos en los juegos del hambre y que si quiero ganar tarde o temprano todo esto debía de pasar siento que no es justo..., y la otra es que pronto anochecerá y no tenemos comida y casi, ni refugio; he pasado la mayor parte del día llevando a Glow a cuestas ya que el árbol está bastante lejos de las rocas.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Capítulo 22

- Finnick... - Clare no sabe que decir; y yo, aunque por dentro sonrío, tampoco sabría lo que decir en un momento así. Sé que Clare no mira a Glow, ya que se le ve gran felicidad reflejada en la cara. Al fin sonrío, y ni quiero ni pido más explicación; encontrar a Clare y Glow besándose demuestra la sinceridad de Glow esta mañana, también demuestra que Clare le quiere y que a pesar de las circunstancias el amor lo supera todo. Estoy feliz por ellos, pero por otro lado me entristezco porque, al fin y al cabo, en los Juegos del Hambre solo hay un vencedor y mi mayor deseo es volver a ver a Annie.
Debo recordarme la situación en la que me encuentro a cada momento, se me olvidan los peligros y eso en la Arena puede costarte la vida; ando un poco por la cueva, inmerso en mis propios pensamientos, me cuesta un poco caminar: muevo un poco los pies y oigo el salpicar del agua, miro abajo y veo que el agua me moja hasta el tobillo de las botas. Miro hacia Clare y Glow pero no se dan cuenta de nada, están a lo suyo.
Corro hacia las cosas, el agua ya las ha mojado y digo - ¡La tormenta ha hecho subir el nivel del agua, sino salimos nos ahogaremos! - abro las mochilas y veo que solo hemos perdido la linterna, que al mojarse se ha cortocircuitado. Por fin Clare y Glow salen de su aletargo y reaccionan a mis palabras. La única salida disponible, el tragaluz (ya que la otra al subir el nivel del agua sería imposible salir por ella debido a nuestra poca capacidad pulmonar) está mojada y eso nos dificulta la subida. Subo yo primero ya que soy el más fuerte, Glow me pasa las mochilas y a continuación sube él, así entre los dos podremos ayudar a subir a Clare. Glow se apoya en un saliente y cuando va a darme la mano la roca cede y Glow cae dándose en la cabeza. Glow está en el suelo, inmóvil, el agua se tiñe de rojo rápidamente; Clare palidece y me mira, noto en su cara el miedo por ver así a Glow; me muerdo el labio, lo que me da unos segundos para pensar.
- Coge a Glow por los brazos y dame sus hombros para subirlo, después le curaremos la herida de la cabeza - hablo como si no fuera yo, como si fuera alguien maduro y responsable que sabe perfectamente lo que hace a cada momento. Engancho las punteras de las botas a una roca y me doblo sobre mi tronco para meter la cabeza y los brazos por el tragaluz y subir a Glow, mientras tanto Clare ya tiene el agua por los muslos; cojo a Glow y lo deslizo por las rocas intentando dañarlo lo menos posible, cuanto más peso hay sobre la cueva peor, al ceder la roca donde estaba Glow apoyado ha debido de desestabilizar la cueva.
Clare, que ya tiene el agua por la cintura me agarra la mano.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Capítulo 21

La tormenta ha empeorado; y el viento, la lluvia y la arena hacen imposible salir de nuestro escondite.
No me había fijado pero la cueva es bastante grande, unos cuatro metros de ancho por cinco de largo, además, es bastante regular así que se podría medir con facilidad; Glow y Clare están bastante juntos el uno del otro, y yo estoy solo (como casi toda mi vida). Hemos pasado casi todo el día en la cueva, excepto cuando Glow y yo salimos por el tragaluz, esto es bastante aburrido así que decido reorganizar y racionar las provisiones; tenemos poca comida, entre tres, por mucho que Glow y Clare les robaran a los profesionales, comemos mucho para reponer fuerzas; en cuanto a los demás utensilios, tenemos: la olla, una botella de agua, dos cuchillos y una lanza, el saco de dormir partido por la mitad, papel filtro, tres cuartos de la botella de yodo, el anzuelo, el impermeable, el bote de la medicina cicatrizante, la linterna, el filtro, las vendas y algo que no había visto desde que dejé el Capitolio, es el colgante de la ballena. Me lo pongo rápidamente y lo ato con el nudo más fuerte que puedo. No sé cómo habrá podido llegar eso hasta allí, pero gracias a él ahora me siento un paso más cerca de casa, sobre todo un paso más cerca de Annie y eso me hace sacar una gran sonrisa; parezco idiota sonriéndole a la pared, y cuando miro hacia Glow y Clare veo que, con cara de asombro me observan en silencio. Como si nada hubiera pasado, la sonrisa se me borra y aunque siento un ligero calor en las mejillas, con total tranquilidad pregunto:
- ¿Qué pasa? - sonrío ligeramente de forma maliciosa, levantando las cejas - Vosotros a lo vuestro y yo a lo mío.
- Sí... sí, claro -dice Glow tragando saliva. No me apetece estar más ahí, así que se me ocurre salir al tragaluz, ya que, si no me equivoco ya es la hora del himno.
Cojo el impermeable y me cubro con él, es algo corto para mi gusto y además no me pongo la capucha; sigue lloviendo y el viento arrecia muy fuerte, lo único que la arena ya no impacta sobre mi cuerpo como proyectiles a gran velocidad; no es agradable estar bajo la tormenta, pero salgo de mi aletargo al oír el himno; desde el encuentro con los profesionales han muerto tres tributos: el chico del 1, al que tire el hacha y desgarré su muslo; y después la chica del 11 y la chica del 3.
Bajo por el tragaluz, otra vez, y cual es mi sorpresa al ver la escena.

Capítulo 20

Soy el primero en despertarme, abro los ojos y veo los rayos del sol que entran por el tragaluz e inundan todo de color naranja, igual que en mi habitación del Distrito 4, veo que Glow está despierto y mirando a Clare; esa mirada me es tan familiar... ,como el día que conocí a Annie.
Me acuerdo perfectamente, teníamos unos seis años y yo estaba aprendiendo a nadar,
- Nadas muy bien - una voz dulce de niña sonó a mis espaldas, gire la cabeza y vi a Annie; pelirroja, de pelo largo y lacio, ojos grandes y claros, esbelta y de expresión tímida.
- Gracias - dije con una enorme sonrisa - ¿cómo te llamas?
- Annie - dijo ella con un hilo de voz, despacio se acerca a mi
- Yo soy Finnick - salí del agua y me senté en la arena, poco a poco ella se acerco y se sentó conmigo.

- Glow - da un respingo y me mira con cara de asco.
- ¿Qué? - no puedo evitar sonreír, Glow sigue con el ceño fruncido.
- ¿Qué te parece Clare? - la pregunta le pilla por sorpresa ya que cambia su expresión totalmente, en realidad no sé porque he preguntado. No responde así que, despacio, como si no quisiera que me viera llegar; despacio, muy despacio, me acerco a él y le miro a los ojos. Se le humedecen los ojos por momentos, entonces sé lo que debo de hacer. Sé cómo se siente. Le indico el tragaluz y los dos salimos por él.
Nos acomodamos en las piedras y tras coger aire y soltarlo lentamente dice:
- Siento algo muy fuerte por Clare - empieza a sudar mucho, continua - pero.. es que... - se le quiebra la voz antes de terminar.
- Sé lo que quieres decir -le entiendo; estamos en los Juegos del Hambre y sentir algo, aunque sea mínimo, por alguien a quien posiblemente tengas que matar o le veas morir es una gran debilidad y te puede costar la vida en la Arena.
Oímos un cañonazo y al mirar hacia los profesionales vemos que en su campamento solo hay una figura, un vigía.
Glow sigue sudoroso y se limpia las palmas de las manos en los pantalones, después se agarra con una mano a la roca y con la otra se seca las lágrimas que ya le empiezan a aflorar; le miro con pena, pero enseguida pienso en quitar esa cara ya que yo odiaría que alguien me mirara de esa forma. Pienso unos segundos y digo lo único que se me ocurre, y en mi opinión lo mejor que se podría decir en esta situación.
- Disfruta del tiempo que estés junto a ella -trago saliva y respiro -y sobre decirle lo que sientes... piénsalo pero si se lo vas a decir hazlo cuanto antes... - pongo la mano en el hombro de Glow y él asiente lentamente. Se seca otra vez las palmas de las manos en los pantalones, al tiempo que se muerde el labio; cuando acaba se limpia las perlas de sudor de la frente y respira tan hondo que creo que le van a estallar los pulmones; expulsa el aire poco a poco mientras sube la cabeza, cuando la levanta del todo le ha vuelto ese brillo en los ojos y vuelve a exhibir su característica sonrisa maliciosa, se alborota el pelo y me mira como si quisiera decir algo; sé lo que me quiere decir pero no le salen las palabras.
- Hola, chicos. ¿Qué hacéis aquí? - la voz de Clare nos sorprende y a Glow parece que se le atragantan las palabras.
- Estábamos vigilando a los profesionales, al parecer se han ido de caza - otro cañonazo, intento sonar tranquilo pero la voz me sale ronca y seca. Clare sonríe y Glow hace un intento de imitarla, pero empieza a llover y rápidamente nos metemos en la cueva para resguardarnos.